El Mandato


EL MANDATO

Todos los Viernes Santos en la Plaza Ducal de la localidad de Marchena (Sevilla), la hermandad de Nuestro Padre Jesús Nazareno celebra un auto de pasión denominado Mandato. Desde sus inciertos orígenes a fines del siglo XVII o principios del XVIII este acto paralitúrgico se realiza para narrar la Pasión de Cristo con la intención de evangelizar al pueblo.

 Desde el balcón principal de la plaza, el sacerdote se dirige a la población siguiendo la narración recogida en los evangelios y en la tradición de la Iglesia. El acto consta de varias escenas como: el prendimiento de Jesús por una cohorte de sayones (que se realiza fuera de la plaza), la entrada del paso de Jesús Nazareno en la plaza con la centuria romana a pie y a caballo; la sentencia de Pilatos recitada por un soldado romano, las tres caídas; San Juan, el discípulo amado busca a la Virgen; el encuentro en la calle de la Amargura; la Verónica enjuga el rostro de Cristo; el pregón del ángel cantado por un niño de la población y, para concluir, la imagen de Jesús bendice al pueblo.
Los personajes que intervienen son las imágenes situadas en sus pasos, caso de Jesús, María y san Juan, y otros encarnados por vecinos de la localidad como la Verónica, el ángel o los romanos de la centuria.

El desconocimiento que se tenía de sus orígenes, circunstancias, lugares donde se había celebrado, fechas o momentos históricos en los que se pudo o no celebrar, prohibiciones, textos empleados,…. ha llevado al historiador Manuel Antonio Ramos Suárez a consultar el archivo de la Hermandad entre otros, y a recopilar mucha documentación relacionada con el acto, haciendo una publicación titulada «El Mandato: Una Catequesis plástica en Marchena», que ha sido editada por esta Archicofradía.

Además, con su edición se pretende divulgar este patrimonio cultural inmaterial para mejorar su conocimiento, conservarlo, protegerlo y legarlo a las generaciones venideras.

Concluido el Sermón de la Pasión o «Mandato», se inicia el cortejo procesional en el que participan los hermanos portando los pasos, lienzos en los que se representan pictóricamente escenas del antiguo y del Nuevo Testamento así como pasajes de la vida de María. Otros hermanos, revestidos de túnica como los anteriores, portan atributos de la pasión y alegorías relativas a la Santísima Virgen que expresan su dolor, grandeza y alta dignidad de Madre de Dios, lo que confiere una peculiaridad extraordinaria a la cofradía. también ocupa un lugar preeminente en el cortejo procesional de los nazarenos de Marchena, la Centuria Romana, instituida a principios del siglo XIX y desde hace más de XXV años, con su propio acompañamiento musical.